El dominio del inglés como lengua internacional de la ciencia, la tecnología y las comunicaciones produce inevitablemente la importación de muchos vocablos de ese idioma. Las palabras que no tienen equivalente en español (neologismos) son adquisiciones necesarias para el uso y la evolución de cualquier idioma. El problema surge cuando se importan vocablos para substituir palabras que ya existen en español. En la redacción científica, como en cualquier otro tipo de escrito formal, es imperativo usar correctamente el idioma.
Los barbarismos (anglicismos más crudos) son fáciles de identificar y la persona educada no los usa en la comunicación escrita. Ejemplos: attachment (anejo), bófer (amortiguador de pH), butear (arrancar), chatear (charlar), clickear (seleccionar), email (correo electrónico), escanear (rastrear), machear (comparar), mouse (ratón), printear (imprimir), taguear (marcar), test (prueba), zip code (código postal).
Al otro extremo tenemos anglicismos de uso tan generalizado que nos sorprende que no sean palabras aceptadas en español. Ejemplos: accesar (tener acceso), altamente (muy), compulsorio (obligatorio), copulación (cópula), eventualmente (finalmente), indentar (sangrar), interactuar (interaccionar), magnificación (aumento), priorizar (dar prioridad), recreacional (recreativo), ripostar (contestar), similaridad (similitud), sucrosa (sacarosa).
Para complicar más las cosas, hay palabras que son anglicismos cuando se usan con un significado pero no cuando se usan con otro. Ejemplos: aplicar (por solicitar), clerical (por oficinesco), comando (por orden), editar (por corregir), escenario (por posibilidad), nombrar (por dar nombre), salvar (por guardar) y visual (por recurso audiovisual). También hay palabras que parecen anglicismos pero no lo son. Ejemplos: congratular (felicitar), disturbar (molestar), liderear (dirigir), listar (enumerar), refrigerador (nevera) y sugestivo (sugerente). Barbacoa, hamaca y huracán son voces tainas que pasaron al español y luego al inglés (barbecue, hammock, hurricane).
Lo único que podemos hacer para controlar el uso de anglicismos es empeñarnos en usar correctamente el idioma y tener a la mano un buen diccionario reciente para buscar cualquier palabra sospechosa. El diccionario Anaya y el diccionario Vox son recursos excelentes disponibles gratuitamente en Internet.
Algunos anglicismos usados con frecuencia en los artículos científicos:
También son anglicismos muchas frases traducidas literalmente del inglés. Ejemplos:
Este enlace contiene una lista anglicismos relacionados con el uso de computadoras.
Este enlace contiene a un artículo muy interesante sobre el uso y el abuso de términos técnicos importados del inglés.
La Página del Idioma Español y la página de la Real Academia de la Lengua Española contienen recursos sumamente útiles para los interesados en el uso correcto del idioma.
Referencias sobre el uso de anglicismos en Puerto Rico